Mar y yo estamos ante una enorme ventana rectangular. Se ven algunas
luces de ciudad y estrellas, pero la oscuridad dentro y fuera es casi total.
Entonces una silueta empieza a tapar poco a poco las luces, y entiendo que
detrás de nosotros hay una especie de gigante que se está levantando. Siento
mucho miedo y le digo a Mar ‘¡Es altísimo, altísimo!’ Nos abrazamos a la espera
de que pase algo, hasta que todo queda en completa oscuridad.