...




Parece que el avión persiga al sol
para evitar que se ponga.
Pero a las diez apagan las luces.
Cada fila se queda con tres
puntos suspendidos, vacilantes.
Adelante una mujer ríe,
su hijo acaba de decirle
alarmado: He olvidado mi cara.
Así imagino a mis muebles
estáticos en casa, debajo
en la ciudad. Ellos sin mí, unos
sin otros, somos inútiles.






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