'Un altre sense dorsal', de Ruy D'Aleixo


Esta colección de cuentos obtuvo el premio Vila de Martorell 2011 en la categoría de premio local de narrativa. Se publicó a finales del 2012, en Ediciones Igitur. Según la costumbre de esta editorial, se intentó que el formato del libro fuera lo más feo posible, con subrayados y cursivas innecesarios, filetes en cada página, colores rosados en la portada, la palabra 'Índex' en el índice (por si algún lector no sabe dónde está cuando llega allí) y el título del lomo adornado con unos cinco efectos de Word distintos. Afortunadamente, eso es sólo el escenario: la obra es excelente, en todos los sentidos. El libro está dividido en dos partes: 'L'ignorant' y 'Un altre sense dorsal'. Cada una contiene cinco cuentos, y resulta imposible destacar uno, o mejor dicho: hay que destacarlos todos.

No puedo referir antecedentes literarios para este libro. Decir que es pura originalidad levantaría sospechas. Se parece a la Odisea, a las obras de Kalidasa o a los cuentos de Maupassant en la medida en que, en esos textos, la distinción entre el plano real y el otro (religioso, fantástico) no está establecida; se parece a Chuck Palahniuk en la descripción detallada del asco y las enfermedades; se parece (aunque es mucho mejor) a Quim Monzó por el sentido seco del humor. Se parece también a los sueños. Sin embargo, es cierto decir que todos los ejemplos citados, a su vez, se parecen a Un altre sense dorsal. La relación no es vertical: es un parentesco lejano, un gusto común.

Creo que, de entrada, conviene insistir en la palabra 'cuento'. Las piezas del libro son efectivamente narraciones breves, pero son cuentos tal y como asimilamos el término desde niños: secuencias de hechos con cierto aire fabuloso de las que se puede extraer una noción vagamente ética. Las historias están situadas en un mundo parecido al real donde lo irreal interviene sin sorpresa para los personajes ni para los lectores, gracias a la habilidad de Ruy para evitar los rellenos y las convenciones del género. Es decir, no son cuentos fantásticos ni de ciencia- ficción, aunque participen en algo de sus ambientes y personajes. Sucede así con 'El producte', que arranca con el viaje de un comerciante por el Sistema Solar; o con 'El porquerol', en que un porquerizo iniciado en los misterios de Eleusis libera del infierno, cada noche, a sus cerdos sacrificados.

Otros cuentos están más cerca de un estilo, digamos, realista, en la medida en que el elemento transcendente se da menos en los hechos del argumento y más en la mente del lector. Pienso en cuentos como 'El bibliotecari', 'Diari d'un crudivegà' y 'Un altre sense dorsal'. A través de argumentos más llanos (un paseo por Copenhaguen, el diario de un ayunador y el domingo de un chico de Sant Feliu de Codines), Ruy D'Aleixo infiltra sutilmente ciertas dudas e imágenes en el lector, que no se puede olvidar de lo que ha leído. Y es que todos los cuentos transmiten sensaciones muy vivas. Su lectura tiene físico, por así decirlo. De la misma manera que soñar no es sólo ver, sino sentir, muy íntimamente, miedo, asco o excitación, estos cuentos se asimilan de entrada con el cuerpo, aunque apelen también al sentido del humor (y mucho) o al intelecto. Muy buen ejemplo es la pieza más extraña de la colección, 'Fàstic a taula', una especie de poema en prosa escrito enteramente en modo condicional.

Me he referido antes al elemento transcendente de los cuentos. Es el término más ajustado que encuentro para la mezcla de cotidianidad y escatología (ambos significados proceden) que se da en la colección Un altre sense dorsal. Todos sus protagonistas (el analfabeto, el niño vertiginoso, el porquerizo, el comerciante, el chico sin dorsal, etc.), todos, son pequeños chamanes de su circunstancia, y nunca acaban el cuento como lo han empezado. Algo ha pasado en el personaje y en el lector.

Creo que usar la literatura para superar la literatura es el logro al que cualquier escritor debe aspirar. Creo también que, con este libro, Ruy D'Aleixo ha traspasado ese límite. Nosotros tenemos la suerte de acompañarle.


(Transcribo los párrafos iniciales de tres cuentos.)


EL VERTIGINÓS

Al barri de barraques de la ciutat s’havia extès un rumor: un nen prodigi coneixia les matemàtiques sense haver-les estudiat, coneixia el nom de les coses sense haver-les vist, sabia levitar dos metres sobre la superfície i recordava amb tot luxe de detall fins a set vides anteriors.

*

EL PRODUCTE

Com tots els joves mercaders, també jo tenia ganes de sortir del Sistema Solar. No volia passar-me la vida venent complexos de fòsfor a les estacions prefabricades de Saturn.
El meu cap, el senyor Axion, era com un padrí per a mi. Em va dir que si jo volia veure l’univers, ell em podia ajudar.
Era una feina fàcil, de venda al major. Una bona manera d’agafar experiència fora de casa.


*

FÀSTIC A TAULA

Si almenys hagués aparegut un àngel i haguéssim conversat:
- On vas, doncs, a dinar?
- Al Heidelberg.
- Tot sol?- diria l'àngel.
- Sí. Llegiré el diari.
- On vas amb 'El Mundo'?
- 'El País', l'he llegit a la biblioteca.
L'àngel no les tindria totes. Travessaríem el pas de zebra junts: jo caminant, ell volant.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.