ETÉREA




De todas las clases de silencio
el que más se agradece
si hace sol
es el del viento contra las hojas.
El viento,
cuando repetido en las manos de las hojas,
se hace común
al momento presente
y a cualquier siglo ya en ruinas,
como un hilo que ensarta
con esta sensación
tan privada en apariencia
a todos
los que han visto y han buscado
bajo los árboles
una postura contra el ruido.


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