Sueño del 5 de abril de 2014




Lucho contra un ser que en mi mente se llama sirena. Estoy en una habitación cerrada. Las baldosas blancas del techo son de un material esponjoso, que puede atravesarse. Por ahí se desliza un ser blanco y azul: primero se ve un burbujeo en la baldosa por la que aparecerá, después empiezan a caer gotas blancuzcas y gruesas, y al final cae una masa espesa, vagamente humana, que toca el suelo y al instante vuelve a ascender. Yo tengo una lanza y cada vez que advierto el burbujeo la clavo en la baldosa correspondiente. La sirena grita como un animal, con chillidos muy agudos. Tras unas cuantas punzadas, deja de usar la táctica del techo y se materializa totalmente en el suelo. Su cuerpo, femenino, es azul y está cubierto de una saliva blanca casi plástica. Sostiene dos espadas que parecen cimitarras. Una especie de cáscara o capullo sólido le cubre la cabeza y los hombros, así que no le veo la cara. Se dirige hacia mí blandiendo las espadas y me doy cuenta de que ya no tengo la lanza. Finjo tenerla moviendo las manos en el aire pero ella se acerca y me clava las espadas. Yo pongo mi puño en su costado como si tuviera un arma, sin efecto. Me despierto apuñalando la almohada.


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