En las afueras de Ciudad del Cabo hay diferentes ciudades-pueblo,
llamadas townsites, donde el sentimiento de comunidad y también la visión de
pobreza que uno relaciona con África están mucho más presentes que en la
capital. Por lo general, los habitantes pertenecen mayoritariamente a una tribu,
con costumbres y códigos propios. Una de estas townsites es Langa, cuya mayoría
étnica es la xhosa. Allí, cerca de una antigua planta nuclear ahora en desuso,
se extiende una zona de hierba con unos pocos árboles, protegida por un vallado
doble de hormigón coronado en algunas partes por alambre de espino. Esta zona,
cuyo interior apenas es visible desde fuera, está reservada con toda exclusividad
para el rito de iniciación masculino de la tribu. Al cumplir los 18, los
varones xhosa deben sobrevivir allí durante cuatro semanas sin más medios que
los ofrecidos por el bosquecillo. El ritual empieza con la circuncisión del
miembro, ejecutada por un hombre mayor, el cual pasará algunos días con los
chicos para hablarles del significado de convertirse en adulto. Durante las semanas
siguientes, los varones xhosa deberán construirse cabañas, resistir el clima y
el hambre sin quejarse, y reflexionar sobre la nueva vida que les espera. El
proceso de sanación de la herida es también una parte importante del ritual. Cuando
salen de la zona son considerados hombres. Llevarán nuevas ropas y la comunidad
los recibirá como personas diferentes. El varón que no haya pasado este ritual,
tenga la edad que tenga, será siempre considerado un niño.