FÁBULA

Antes, cuando el hombre señalaba hacia arriba, mirábamos al cielo. Triángulos y bestias transparentes hacían de la noche su escritorio. Cada figura emergía con su rúbrica, cada monstruo nos consolaba con blancura.

Ahora en cambio miramos al hombre. Tiene los tobillos en la tierra y la cabeza ya en el éter azul, sus ojos muy cerca del fuego, una constelación en sí mismo, una fábula de reconstrucción.

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