Sueño del 24 de mayo de 2013

Estoy en una casa de campo con unos amigos indefinidos. Estamos reunidos en el balcón, que es de madera. Es de madrugada, está a punto de amanecer. El cielo es totalmente negro, sin matices. Es fama que el amanecer en aquel lugar es una experiencia inolvidable. En el balcón de al lado, los vecinos se han congregado también para contemplarlo. Entonces el sol empieza a salir, totalmente naranja. Aunque el brillo rompe las nubes negras, no hay rastro de azul. Uno de los vecinos tiene un libro abierto contra la barandilla, las páginas están en blanco. Dice: '¿Habrá alguien para quien este amanecer signifique lo nuevo?' Concibo entonces un poema de tres estrofas. En la primera, se hablaría de una persona que sufre de insomnio y cuya cara se está volviendo negra a causa de una ojeras exageradas; en la segunda, se describiría el particular amanecer que estoy viendo; en la última, se hablaría del efecto de la luz en la cara de la persona insomne, en cuyos ojos se mezclaría 'lo nuevo y lo viejo.'


(El dibujo no se parece al sol del sueño, pero las acuarelas han ido por su cuenta)

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