Tres versiones de ciervo

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La fuente

 Cuando el ciervo vuelve
a la fuente, el blanco
quieto del agua

ya no está. Sólo el cobre
de unas monedas
resiste en sus ojos.

El agua, las manos
que dejaron las monedas,
sus deseos o costumbre,

fatigan un poco al ciervo.
Tampoco tenía
tanta sed para empezar.




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