'Ad vivum', de Andreu Vidal



Andreu Vidal (1959-1998) no fue un poeta desconocido en su época, pero lo es ahora. De esta circunstancia no cabe deducir que sea un poeta menor. Atribuyo a los siguientes hechos el que su nombre tienda a olvidarse cuando se habla de las letras catalanas contemporáneas: que fuera un poeta difícil, que fuera un poeta insular, que muriera relativamente joven. Estos tres puntos se resumen en uno: Andreu Vidal fue un poeta de culto. Hay (tiene que haber) una reducida comunidad de lectores (pienso sobre todo en Mallorca) que lo lean con entusiasmo y casi en secreto, en parte porque sus poemas se prestan a ello. Son elusivos, misteriosos y también mistéricos, y están escritos en un mallorquín cerrado donde pululan los arcaismos y los nombres orientales.

La obra poética de Andreu Vidal está muy bien publicada en Edicions del Salobre (2008), y forma un volumen generoso, que incluye sus traducciones en colaboración de Paul Celan, y los pasajes conservados de sus diarios literarios y de aforismos. Los poemas, los artículos y los diarios tienen interés y merecen un comentario en profundidad; pero ahora me quiero referir brevemente a su último poemario, publicado póstumamente en 1999 por la editorial Empúries: Ad vivum.

La traducción literal de ad vivum es 'hasta lo vivo', con la misma idea de la expresión 'en carne viva', es decir, sin piel, en pura carne. Creo que también sería válido traducir ad vivum por 'hasta la médula'. Como título, la expresión presenta  muy bien las intenciones del autor, puesto que estos poemas quieren ser una esencia desnuda, despellejar las cosas hasta dejar sólo lo vital. Los diecinueve poemas del libro son necesariamente breves en cuanto a extensión, pero la densidad de su lenguaje permite y casi exige una relectura continua. Ningún poema tiene propiamente título. Algunos empiezan con una palabra entre paréntesis que orienta la lectura.

Decir de qué trata el libro es interpretarlo. Hay motivos y personajes bien definidos: motivos del Bhagavad Gita, Ártemis y Apolo, o referencias a la Biblia. En el penúltimo poema, además, habla directamente Cornelius Agrippa von Nettesheim, una especie de ocultista del Renacimiento que ejerció la astrología, la magia, la alquimia y la teología. En todos los poemas está presente la idea de creación y desaparición. Es decir: de regeneración. Creo que Ad vivum admite al menos dos lecturas, y una es la ritualista. El personaje que reconocemos a veces como protagonista del libro es un oficiante que comunica mundos, que presencia sacrificios, y que incluso se deshace en trozos de polen que 'preñan' a unas mujeres inciertas. Además, en '(Dèlfica)', una rodilla se postra ante la estatua de Apolo, el dios de la poesía, y es capaz de escuchar 'la boca encara viva.' La segunda lectura que entreveo se deriva de rasgos así: Ad vivum es un libro sobre la creación poética y sobre el hecho puro de escribir entendido como un puente entre mundos. Dicho de otra manera: Ad vivum trata de la poesía igual que una misa, en el fondo, trata de la religión. El poeta sería el sacerdote; el lector, el iniciado; y la poesía, el medio hacia la visión y la propia visión en sí.

Una curiosidad, no sé si casual o fruto de esta mística poética: las dos palabras del título tienen las mismas iniciales que las del nombre del autor.


Aquí podéis consultar una página sobre la vida y obra de Andreu Vidal. A continuación reproduzco tres poemas del libro, en original y traducción.


(sat / asat)


El mall,
que desrecord amb vós,
De vidre.

Un

Sol trencat.
Les miques.

       (sat / asat) 

       El mazo,

       Que desacuerdo con vos,
       De cristal.

       Un

       Sol roto.
       Las migas.



*

Vindrà que un altre
Habitarà aquest temple,

Que seré abaix,
Amb el llim negre,

Sentint
Les seves passes nues,

La vaga
Tebiesa d'unes plantes
Damunt el blanc.
        Vendrá que otro
        Habitará este templo,
        Que estaré abajo,
        Con el limo negro,
        Oyendo
        Sus pasos desnudos,

        La vaga
        Tibieza de unas plantas
        Sobre el blanco.


*

(Dèlfica)

Desposseïda
La pedra reclinat

Regruix
De quars en el genoll que espera

Taca de cel

Del rostre de la terra
Damunt el front postrat

Enmig de dernes
De llum membrant

Un corb i un arc
Les runes

D'aquest arc
La boca encara viva

(Délfica)
        Desposeída
        La piedra reclinado

        Bulto
        De cuarzo en la rodilla que espera

        Mancha de cielo

        Del rostro de la tierra
        Sobre la frente postrada

        En medio de añicos
        De luz que memora

        Un cuervo y un arco
        Las ruinas

        De este arco
        La boca aún viva

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